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Y te vas en acordes... silbando un “hasta luego” en dos por cuatro...
Mientras sin compasión tu cuore hereje pierde el compás de pronto y sin aviso...
Dejándonos tan sólo con la milonga desafinada del recuerdo...
Tu recuerdo...
Seguirán tus guitarras y tus versos chamuyándonos el alma y los rincones...
Pero te vas... a seguir con la milonga allá en el cielo... o donde sea que se abrigan los más grandes...
Equilibrista de lunfardo... quién va a llenar el pingüino de vino... quién va a llorar en tango la alegría de esta vida que hoy te manotea la sortija...
“¿A dónde vas...?”
Quedate un rato más... si todavía se escuchan las palmas del candombe...
La muerte duele ausencia, porque nos queda un hueco enorme entre tu voz y nuestras ganas locas de
abrazarte
con las manos aún rojas y calientes deshilachadas en aplausos...
Y te vas... tan pronto y sin apuro,
Que no existe pentagrama donde volcar el vals de esta locura...
Habrá milonga en el cielo, GORDO,
pero vamos a extrañarte 2X4 acá en la tierra,
fría sin tus versos, vacía de vino en jarra,
y de gorriones nocturnos que afinan guitarras en zapatillas...
A. C - 01/09/2009