Angie va caminando por la calle cuando en una esquina cualquiera se detiene a encender un cigarrillo. Cuando levanta nuevamente la vista encuentra a La Vida parada frente a ella, entonces, no pudiendo contener su arrebato de pasión, le dice:
- Gracias por existir. Te amo.
La Vida la mira con expresión vacía y le responde:
- Disculpá... No sos vos... soy yo...
An - 27/09/2013