"...cuando ya no era mi perro el que ladraba..."
Lo que duele
no es la muerte, lo que duele es la ausencia, constante, arbitraria, repetida,
implacable,
abrumadora, insoportable...
El dolor
por la muerte discrimina, humano, animal, vegetal,
Categoriza,
separa, selecciona...
La
ausencia es uniforme,
No sabe
de colores ni de especies...
La
ausencia cala los huesos de hombres y animales, de plantas e incluso de
lugares...
La
ausencia arde hasta el tormento en los rincones, desespera...
Vuelve
humilde al villano e impotente al que roce aunque sin ganas...
La
ausencia es excesiva e invasiva,
Te
consume la risa y la mirada...
La
ausencia se hace carne, y te hace añicos
Parece
evaporarse pero revive en cada gesto de nostalgia...
Es un
mal que no cura, es un puñal al alma... es un retorcerse de dolor los recuerdos
en cada despertar
de las pestañas...
La
ausencia es sin embargo compañía en las peores veladas...
Pero se
vuelve pronto insoportable y es un gemir amargo de esperanza gastada...
La
ausencia se apodera de los sitios más recónditos, de paredes, de puertas, de
mesadas...
La
ausencia se acurruca desafiante entre tus manos y te arranca las caricias
desgarradas...
Te
abraza sin que quieras, sin que pidas... y te asfixia con ansias...
La
ausencia mata lenta y acompasadamente...
O se
queda mirándote, secándote las lágrimas, lamiendo tus heridas...
Pero se
queda siempre que alguien falta... se queda con aquellos que se quedan...
Ejerciendo
su poder desde el silencio...
Defendiendo
su lugar entre las sábanas...
A.C - 12/08/2009
Que lindo garabato amiga!! Hacia rato que mi camino no pasaba por esta ochava! Salud a tus palabras! Te abrazo!
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